Verdad y Justicia
Un día como hoy se inicio el histórico juicio a la Junta Militar que dijo “Nunca Más”. A 31 años esperemos que el camino del progreso nos lleve a repetir estas palabras contra la corrupción que tantas muertes evitables ha causado. La restitución de una Justicia donde ya no existan intocables y dónde la palabra vuelva a tener valor.
En estos días se ha abierto una especie de feria de imputaciones y procesamientos contra altos funcionarios y personalidades vinculadas de la gestión anterior: Julio De Vido, Ricardo Jaime, Leonardo Fariñas, Lázaro Baez y Cristina Kirchner, entre otros.
Por momentos pareciera que el hablar de “inclusión social” e “igualdad” disminuye la gravedad de las denuncias, pero la realidad empírica es que la corrupción asesina y arruina vidas. Los negociados en el transporte público se cobro 51 vidas en la tragedia de Once. El desvío de los Fondos Hídricos para la construcción de tecnópolis generó decenas de muertes y pérdidas multimillonarias por las inundaciones en la provincia de Buenos Aires.
Por cada peso que se desvía por sobreprecios es hablar de: menos colegios, menos hospitales, menos insumos, menos caminos, menos seguridad. Por cada peso que se paga a la corrupción son menos recursos para educarnos y prevenir accidentes; mientras se fomenta más la exclusión, división y violencia. Qué clase de atención se tendrá en un hospital donde no hay gasas o desinfectantes básicos porque el ministro quería un nuevo avión para la campaña.
Un gran discurso y un puñado de logros sociales etiquetados como “Nacionales y Populares” no justifican la muerte. No se puede ni debe someterse nunca el derecho a la inclusión social bajo el precio de frases como: “robó pero algo hizo”. Mucho menos justifica la opresión y persecución señalando a la oposición como “gorilas-golpistas”.
Como dijo el Fiscal Julio César Strassera en el alegato final: “el sadismo no es una ideología política ni una estrategia bélica, sino una perversión moral.”
Tampoco hay que pensar que la impunidad se ejerce sólo en el ámbito público. Hablar de “libertades” debería ser reconocer responsabilidades jurídicas y morales. En nuestro país se vivió crudamente la “Fiesta de unos Pocos” en los ’90. Es decir que ese camino tampoco es una opción porque terminará tarde o temprano en otro: “robó pero hizo”. Frase absurda como “es rico, no va a robar” o “mató porque no tenía para comer”.
Gracias a la multimillonaria farmacéutica británica GlaxoSmithKline, murieron en Argentina al menos 14 bebes al ser sometidos a pruebas experimentales ilegales, abusando además de que sus padres son analfabetos. Situaciones similares se vivieron en los últimos años con las fumigaciones a base de glifosato, químico base de la industria agropecuaria que la OMS-ONU lo declaró como agente cancerígeno.
Durante los últimos 12 años se viene denunciando como las empresas mineras no cumplen con las leyes nacionales mínimas, contaminan y trafican elementos de alto valor estratégico como las Tierras Raras. Es un hecho conocido es gracias a las asambleas vecinales que se organizaron a lo largo de todo los Andes. Con movilizaciones y compromiso se frenaron y prohibieron proyectos, que encima no dejan riqueza ni progreso alguno en el país.
Por desgracia la gestión “Cambiemos” no modificará el rumbo, por el contrario lo profundizó. Entre las primeras medidas de gobierno se eliminaron las casi nulas retenciones. Además recientemente se conoció el respaldo al “Proyecto Navidad” para la explotación de Plata en la provincia de Chubut, justo dónde nació el movimiento “No a la Mina”.
La corrupción, los negociados y los intocables pueden ser frenados. Ocurrió en Italia cuando en 1980 se decidió combatir la mafia Cosa Nostra, con 475 acusados, 360 condenados y una sumatoria de penas por 2665 años de prisión. Pero para que esto funcione tiene que haber políticas de estado que transciendan en el tiempo, principalmente en la base poblacional de la sociedad.
Gran parte del voto en octubre y noviembre fue contra la corrupción representada en las muertes por la falta de obras públicas, en el desvío de fondos para pagar la militancia, y en las actividades patoteriles para amedrentar el pensamiento divergente. Incluso llegar al extremo de la muerte dudosa y posterior difamación del Fiscal Alberto Nisman. Por ello es importante juzgar con todo el peso de la ley estos actos acontecidos, marca un precedente para la memoria de las víctimas y para asegurar un futuro. No importa si el espacio político se llama Cambiemos, Frente para la Victoria, Frente de Izquierda o Frente Renovador. Lo importante es frenar el mal ejemplo de la corrupción que se transmite y perpetua hasta naturalizar la frase: "Nada va a cambiar, todos roban".
“Salvo que la conciencia moral de los argentinos haya descendido a niveles tribales, nadie puede admitir que el secuestro, la tortura o el asesinato constituyan hechos políticos o contingencias del combate” (Fiscal Julio César Strassera).
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