Educación (1): Argentina vs Finlandia
En nombre de la educación todos hablan, pero los resultados son pobres. Los sindicalistas piden mejores sueldos. El gobierno pide asegurar las clases. En las redes sociales se lee de la autoridad perdida. ¿Pero qué nos diferencia de la superpotencia educativa?
La Argentina y Finlandia comparten una base al entender que la educación es un derecho y un servicio social público, por lo cuál el gobierno es garante. Entendiendo esta idea podrá observarse que existen muchos puntos en común, pero la ejecución y resultados son muy adversos. Argentina está posicionada en el Top 60 en el ranking PISA con un promedio de 400 pts, en tanto Finlandia es históricamente Top 10 con más de 520 pts; sobre un total de 70 países evaluados.
Parte 1: Políticas de Estado
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Según diario26 la provincia de Bueno Aires destinó al menos $15.000 millones en subsidios en colegios privados durante el 2016. En la Ciudad de Buenos Aires la distribución de matriculas entre el sector público y privado varían entre un 55-60% a favor del primero, según un estudio realizado por Clarín. En oposición en Finlandia prácticamente no existen las instituciones educativas privadas, explicó el ex-consejero de la comisión de Nacional de Educación de Finlandia, Reijo Laukkanen al portal publico.es
Otra gran diferencia que se presenta entre los sistemas educativos de ambas naciones es la gestión. El país nórdico posee un modelo centralizado e igualitario dirigido por el gobierno nacional, incluso para el sector privado donde se consensúan los contenidos mínimos. En Argentina esta situación se mantuvo hasta 1992 cuando la Ley de Educación Federal impulsada por Carlos Menem delegó varias responsabilidades a las provincias. En consecuencia los niveles de desempeño se vieron alterados con la consecuencia que en las regiones centrales se obtengan mejores resultados académicos que zonas norte y sur del país (informes ONE y Educar 2050).
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Mientras que en Argentina se aspiran a 180 días de clase (170 horas aproximadas), en Finlandia sólo se destinan 608 horas cátedras. En el país europeo los chicos ingresan a las 8:30 AM y salen a las 15:00hs, sumado a que los “deberes” son mínimos, con el objetivo de que los estudiantes posean tiempo libre para acceder a los talleres extracurriculares (teatro, danza, literatura, etc).
En los detalles culturales cotidianos también se observa la presencia de un plan educativo integral a largo plazo. En Finlandia las películas extranjeras no se doblan para que mediante los subtítulos se incentive la lectura. Esta situación se refleja también en una arraigada tradición de ir en familia a las bibliotecas los fines de semanas.
Aunque nos pueda ser sorprender, en Finlandia solo es obligatoria la educación primaria (9 años). Aun así el 100% de los estudiantes opta por ir al secundario, con una tasa de egreso del 93%. De hecho mientras en Argentina se revive el debate por el Servicio Militar Obligatorio como complemento y la autoridad vertical en las escuelas, en la nación europea se debate la necesidad de flexibilizar los planes de estudios y relación docente-estudiante conforme a los detalles personales de cada caso.
Los discursos a favor de la educación pueden ser similares, pero la coherencia, la continuidad y la visión integral marcan una gran diferencia.
Por Sosa Damián Ezquiel
Nota: Argentina fue descalificada de la evaluación PISA 2015 por no cumplir con los requisitos metodológicos.
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