Leyenda del Aguila - Salavinón / Comechingones
Cuenta la historia que cuando se instalaron los españoles en América, la sangre aborigen comenzó a correr por los valles hasta teñir de rojo los ríos y arroyos que serpenteaban las sierras del Valle de Calamuchita. Fue entonces cuando las tribus Salavinón comenzaron a recordaron y repetir la antigua "Leyenda del Águila" que habían escuchado de sus abuelos.
Se dice que existió una niña de nombre Arabela que poseía cualidades extraordinarias y que, convertida en mujer, las desarrolló en defensa de su tribu. Con sabiduría y fina percepción guió las batallas, y logró de esa manera que resistieran más allá de la posibilidad humana.
Si bien “la historia la escriben los que ganan”, nadie podrá negar la valentía con la que lucharon los comechingones, cuyo grito de guerra resultó conocido y temido por sus adversarios.
Arabela, la enviada, murió luchando por su pueblo, pero su alma se encuentra protegida por el vuelo triunfal del águila libre. Por eso, desde entonces, este pájaro representa no solo la libertad si no el deseo divino de la hermandad entre los hombres; anhelo que vivirá hasta que todos entiendan que es el único camino hacia la felicidad.
La étnica Salavinón es conocida también como "Comechingón", nombre que adquirieron con la llegada de la conquista española en el siglo XVI. Según la crónica del conquistador español Jerónimo Bibar, escrita en 1558, el apodo proviene por escuchar sus gritos de guerra de los henîa-kamiare: "¡Kom-chingôn!", Según el español este grito se traduciría por "muerte-a-ellos" (a los invasores). Es probable que los sanavirones "entendieran" y "tradujeran" con mofa tal clamor de guerra de sus enemigos con la palabra "kámichingan" (habitantes de cuevas).
Fuente: Leyendas indígenas de la Argentina (Lautaro Parodi)
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