jueves, 13 de diciembre de 2018

Macri vs Bolsonaro - Mercosur, primera batalla

El próximo 1° de enero asume como Presidente de Brasil Jair Bolsonaro, pero el gran ausente serán Mauricio Macri y Gabriela Michetti. Luego de tantas declaraciones anti-mercosur y anti-Unión Europea por parte del brasilero, desde la Casa Rosada se salió al choque.

Durante décadas nos hemos acostumbrado a ver la política en forma polar: “izquierda y derecha”, “democracia y dictadura”; pero el mundo político es mucho más complejo que generalizaciones y reducciones de propaganda electoral. Existe más de una “derecha” y más de una “izquierda”; algo que en Europa se tiene muy claro. Pero ahora este panorama esta golpeando las puertas de Sudamérica.

En una de las elecciones más violentas y polémicas de Brasil, Jair Bolsonaro se impuso sobre un improvisado y golpeado Partido de los Trabajadores. Pero desde el inicio no fue el candidato del sector ortodoxo, más bien siempre fue el típico neofascista “anti-sistema” dentro de un sistema democrático. Algo así como un Alejandro Biondini en nuestro país.

Jair es un referente del ultranacionalismo, el conservadurismo, los movimientos evangelistas y del proteccionismo económico. Pero su campaña electoral habrá sido financiada por sectores de las Fuerzas Armadas y empresarios que creen la doctrina de la Escuela de Chicago (Domingo Cavallo). Sus propuestas se concentraron en la lucha contra la corrupción y la violencia de las calles, con algunas generalidades de economía y en la necesidad de que Brasil recupere su soberanía. Es decir que llegó con una propuesta electoral muy cargada de declaraciones emocionales-populistas pero con pocas certezas de macroeconomía y la geopolítica.
Lo que Jair Bolsonaro no decía en campaña fue justamente lo que pretendía hacer al gobernar. Desde un inicio propuso abandonar el Acuerdo de Paris (medioambiente) y favorecer la agricultura sobre la selva amazona. Todo pareciera que piensa cumplir con su promesa, pese a que el costo es perder beneficios en el intercambio internacional. En la cumbre del G20 el Presidente francés Emmanuel Macron fue claro: “No estoy a favor de que se firmen pactos comerciales amplios con potencias que no respetan el Acuerdo de Paris sobre el Cambio Climático”. Una afirmación no menor considerando que Argentina y Uruguay encabezan los esfuerzos para lograr un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Un pacto comercial de largo plazo que generaría intercambios por miles de millones de euros.
En dirección claramente opuesta, Argentina y Uruguay son promotores regionales de las energías/tecnologías ambientales y el desarrollo de nuevas reservas naturales.

Normalmente en nuestro país todos los candidatos electorales, sean del partido que sean, desde los años 80 remarcan la importancia del Mercosur; cosa que se repetía normalmente en Brasil. Pero Jair Bolsonaro fue la excepción, jamás mencionó que opinaba del tema ni que propuestas llevaría. Este silencio que quedó oculto detrás de las propuestas en seguridad, justicia, militarización, religión y género.
Peor aun, con tono molesto por la pregunta de un corresponsal del diario Clarín, el futuro ministro de economía de Brasil, Paulo Guedes, afirmó que el Mercosur no será prioridad para el gobierno. “El Cuando fue creado, fue hecho totalmente ideológico. Brasil quedó prisionero de alianzas ideológicas, y eso es malo para la economía”. Una respuesta que deja mucho para pensar considerando el origen del bloque regional y el pasado del Capitán retirado.

La historia del Mercosur arrancó tuvo su primer gran paso en 1985 con el acuerdo de Foz Iguazu. Claramente fue creado bajo una ideología, como todo acuerdo político. Por un lado se buscó unificar las barreras aduaneras y facilitar el comercio regional, imitando a la Unión Europea. Pero también es la construcción de un gran bloque político regional que consolidara las democracias, la libertad de expresión, el desarrollo regional, la unificación de posturas geopolíticas y pacificar las militarizadas fronteras sudamericanas. 
Incluso en aquel año Argentina y Brasil firmaron un acuerdo de control y no proliferación de armas destrucción masiva; cuándo ambas naciones estaban muy cerca de lograr construir una bomba nuclear y misiles de largo alcance. Es decir que el Mercosur fue una de las cosas que impidió que nuestras fronteras tenga la tensión nuclear que tienen La India, Pakistán y China. Lamentablemente hasta éste último ítems podría estar en riesgo. El futuro ministro de minas y energía, y también miembro del NucleoBras, será el almirante Bento Costa Lima Leite, quien impulsa la construcción de submarinos nucleares para su país. Los ministros anunciados para infraestructura y ciencia y tecnología también son dos militares.

Claramente la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil plantea un desafió y un abismo de diferencias con Argentina, sea quien sea que gobierne ahora o en los próximos años. En nuestro país existen muchas diferencias ideológicas, pero desde el kirchnerismo hasta cambiemos se respalda: el Mercosur, el Acuerdo de París, la separación del Estado y la Iglesia, la lucha contra la discriminación, los DDHH y el uso pacífico de la energía nuclear. Ahora el escenario sudamericano cambió para siempre, y la ausencia de Mauricio Macri en la asunción de Jair Bolsonaro es un respuesta política que intenta marcar una raya.


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