domingo, 18 de noviembre de 2018

¿Se puede recuperar el ARA San Juan?

Luego de un largo año de intensa búsqueda, el buque “Ocean Infinity” encontró al submarino perdido ARA San Juan. La pregunta inmediata es si se puede y debe recuperarse. El Ministerio de Defensa ya aseguró no poder realizar con medios técnicos nacionales, pero estudiará la posibilidad.

Reflotar un objeto hundido no es tarea sencilla, pero tampoco es imposible. En el año 2000 el submarino nuclear ruso Kursk se hundió cobrándose 118 vidas. Un año más tarde pudo ser reflotado con una inversión de 65 millones de dólares. Pero la gran diferencia es que se encontraba reposado a solo 120 metros de profundidad y 48 millas de la costa. Para el trabajo el submarino fue seccionado y elevado con una barcaza especial (Gigante-4 / Giant-4) que tenía 26 grúas. 
En oposición el ARA San Juan se encuentra a 907 metros de profundidad y 250 millas de la costa; un lugar dónde los humanos no pueden operar. El Record Mundial Guinness de buceo es de 332,5 metros (el egipcio Ahmed Gamal Gabr). En tanto el traje atmosférico más moderno de la marina norteamericana, el ADS2000, se encuentra certificado para operar hasta 610 metros. Por lo tanto solo solo robots (tipo UAV o ROV) y sumergibles especiales pueden acceder a tanta profundidad.

Infografia: www1.rionegro.com.ar
Aun así la técnica y la tecnología avanzan a pasos agigantados. No es fácil encontrar antecedentes de reflotes, no es una práctica usual en alta mar. Suele realizarse solo para despejar rutas de ingreso a los puertos, dónde las profundidades rara vez superan los 100-150 metros. 
Aun así existe otra luz de esperanza en innovación y humanidad. En 2015 un buque pesquero se hundió en el Canal de Sicilia. La noticia fue un revuelo mundial porque transportaba 950 inmigrantes ilegales que huían de la guerra en Siria. Solo sobrevivieron 28. 
El gobierno de Italia tomó las riendas del caso para visibiliza el drama y darle rostro a todas las víctimas. Para ello se reflotó el pesquero que yacía a 360 metros de profundidad. Para este objetivo se construyó un robot especial que costó 10 millones de euros. A diferencia del ARA San Juan, el navío solo medía 20 metros, mientras que el argentino mide 66 metros. 

Indiferente a las necesidades para las pericias judiciales o las cuestiones emocionales de un duelo necesario, un posible reflote del ARA San Juan no es imposible; pero si sería un gran desafío de ingeniería hasta para las más experimentadas naciones. Se necesitarían robots o sumergibles especiales que puedan realizar perforaciones y soldaduras a 900 metros bajo el agua, dónde no hay luz y la presión atmosférica es aproximadamente 90 veces mayor. Incluso se tendrá que lidiar con los peligros propios de un cañón submarino y los movimientos bruscos que podrían ocurrir. Tanto el San Juan o las unidades de rescate (robóticas o tripuladas) podrían caer hacía el lecho oceánico (6200 metros por debajo del nivel del mar).

Ph: www.drive.com.au
En forma paralela se requeriría una grúa flotante o un barco-grúa que levante 2400 toneladas en el inestable atlántico sur. Por suerte ya existen grandes maquinarias que hacen trabajos estas inhóspitas áreas. Son muy pocas las existentes, casi únicas, como “Asian Hércules II” que colaboró en el reflote del barco “MV Tricolor”, hundido a 30 metros de profundidad. Estos inmensos barcos se dedican principalmente en la logística petrolera, pero no fueron pensadas para levantar objetos sumergidos a 900 metros. Un dato no menor es que en el caso del Kursk, se lo elevo a una velocidad de 10 metros por hora, hasta que quedó a solo 40 metros de la superficie y se lo trasladó. A esta misma velocidad de operación, el San Juan tardaría más de 3 días en elevarse 867 metros.

Luego de un año de intensa búsqueda, es reconfortante encontrar el lugar exacto; pero lamentablemente no es el mejor escenario que se podía esperar. Según informó la Armada Argentina, sus restos se encuentran a 250 millas de la costa del golfo de San Jorge, bajo 907 metros de agua; muy próximos al lugar dónde la organización CTBTO detectó la "anomalía hidroacústica". Se trata de la región dónde termina la plataforma continental y comienza una repentina caída de 6200 metros hasta el fondo del océano. Una región donde abundan laberintos que forman oscuros e inestables cañones. Solo entre las latitudes 44° y 47°4' se computan 30 cañones perpendiculares a dos paralelos (Almirante Brown y Florentino Ameghino).

La pérdida del ARA San Juan fue una gran tragedia para el país, e indudablemente las 44 vidas perdidas no tienen un precio cuantificable, ninguna vida. Pero esta afirmación no puede guiar, definir o resolver la posibilidad y viabilidad del reflote. La pregunta correcta no es si el país tiene los 10-20-50-100 millones de dólares necesarios. Hay que preguntarse cuánto se tardaría en alcanzar la tecnología y técnica suficiente para lograrlo. Cuál es el riesgo humano para el personal implicado en la operación. Qué tan valioso sería, luego del tiempo y contaminación de pruebas, para la investigación judicial.


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