martes, 18 de abril de 2017

La Revolución de los Claveles


El reloj marcó las 0:25 horas del 25 de abril de 1974 cuando la Radio Renascença transmitió la canción “Grandola, Vila Morena”. Era la segunda señal de que el levantamiento militar pacifista contra la dictadura portuguesa de Marcelo Caetano estaba en marcha. Ya no habría vuelta atrás.

Marcelo Caetano había alcanzado las riendas del país en 1968, como primer sucesor de Antonio Oliveira Salazar, el fundador del Estado Novo. Pese a intentar mejorar la imagen pública de la dictadura, fracasó en su intento porque no cesó la represión política ni su política colonial.

La emisión de la canción revolucionaria de José Afonso, prohibida por el régimen, fue la luz verde para que los efectivos del Movimiento de Fuerzas Armadas (MFA) tomaran los puntos estratégicos del país y los medios de comunicación. La principal columna partió desde la Escuela Práctica de Caballería Santarém, dónde el capitán Fernando José Salgueiro Maia encabezó la revolución con 240 hombres. Concentrado el liderazgo y protagonismo en cargos jerárquicos medios, Maia y sus camaradas son reconocidos como los "Capitanes de Abril".

Pese a los continuos llamados radiofónicos de los MFA para que la población permaneciera en sus hogares, miles de portugueses ganaron las calles como respaldo a los militares sublevados. Uno de los hitos de aquellas concentraciones fue la marcha de las flores en Lisboa. Los vecinos que se habían arrojado a las calles comenzaron a arrojar y regalar flores a los soldados, quienes a su vez colocaron los claveles en los cañones de los fusiles. De este gesto surgió el nombre del levantamiento militar que a toda costa evitó efectuar disparos. 
A las 16 horas vencía el ultimátum que el MFA entregó al gobierno central. Si bien varios generales y altos mandos se mantuvieron leales a la dictadura, se vieron imposibilitados y sobrepasados por los masivos motines de los capitanes y jerarquías inferiores. Carente de respaldo político, militar, social e internacional; Marcelo Caetano se encontró incapacitado de resistir y firmó su renuncia a las 17:45 horas. En oposición la policía política Salarzista (PIDE) no mantuvo la misma actitud, y a las 20:30 hs disparó contra los manifestantes civiles de Lisboa dejando un saldo de 4 muertos y decenas de heridos.
Pese a los aislados actos de resistencia, el 26 de abril de 1974 se inauguró un gobierno de transición que legalizó los partidos políticos, liberó a los presos políticos, llamó a elecciones y firmó la independencia de las colonias portuguesas.

En cada esquina, un amigo
En cada rostro, igualdad
Grândola, villa morena
Tierra de la fraternidad
Tierra de la fraternidad
Grândola villa morena
En cada rostro, igualdad
El pueblo es quien manda

La Dictadura
El Estado Nuevo encabezado por Antonio Oliveira Salazar fue inaugurado en 1933. Con una estructura fascista-corporativista promovía ideas tradicionalistas, colonialistas, ultra-nacionalistas, antiliberales, anticomunista y anti-demócratas. Para ello organizó una gigantesca maquinaria gubernamental para la represión y el adoctrinamiento.
Bajo el régimen se practicó un sufragio restringido a varones alfabetizados o que pagasen 100 escudos de impuestos, mientras que las mujeres deberían contar con secundario o pagar 200 escudos de impuestos al año. De un total de 7 millones de habitantes, solo podían votar 1,2 millones. En forma simultanea los opositores debían lidiar con la persecución de la PIDE (Policía Internacional y Defensa del Estado) y de la fuerza parapolicial “Legión Portuguesa”.
Quizás no fusilaba tanto como otros regimenes similares, pero sí espiaba, amenazaba y encarcelaba a los disidentes; secretamente también torturaba y/o asesinaba. La magnitud de la opresión se reveló cuando se abrieron los archivos de la PIDE en 1982 y se descubrió que había más de 4 millones de fichas con datos personales.
El control sobre las libertades individuales era absoluto, todos los niños entre 7 y 14 años tenían la obligación de participar en la organización juvenil Mocidade Portuguesa, un espacio de adoctrinamiento ideológico. Como es costumbre en los sistemas totalitarios, la censura alcanzó a todos los rincones de la cultura (literatura, música, televisión y teatro).


En el año 2000 se estrenó la película "Capitanes de Abril" basada en los hechos del 25 de abril de 1974.

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